PJ Katrina Lamarr
Características:
Tremere
Historia:
Nació en Viena (Austria) en 1972, de madre francesa y padre austríaco. De su madre, concertista de piano, heredó su pasión por la música. De su padre heredó lo más importante: el amor por los libros y más concretamente por todo lo antiguo y lo extraño. Su padre siempre había querido ser egiptólogo, pero tuvo que abandonar su vocación por una carrera más práctica. Por ello, inculcó en Katrina desde que era muy pequeña el interés por la arqueología, si bien dejándole claro que debía estudiar una carrera que le permitiese vivir sin problemas económicos. Katrina fue más allá y amplió el espectro de sus gustos no sólo por temas arqueológicos, sino también por las paraciencias, el ocultismo, las sociedades secretas, la literatura romántica y de principios de siglo y sobretodo la alquimia. En este ambiente se crió Katrina, aunque su madre no veía con buenos ojos las aficiones de su ya adolescente hija.
Mientras cursaba educación secundaria compaginó sus estudios con clases de canto y de piano en el Conservatorio Superior de Viena. Esto le restaba mucho tiempo libre, pero aún así siempre que podía Katrina se escapaba a la biblioteca y se pasaba horas enteras leyendo. De sus múltiples viajes por el extranjero, su padre siempre le traía como regalo algún libro exótico, y Katrina llegó a tener una gran colección en muchos idiomas.
Hasta la edad de 17 años vivió en la capital austríaca. Durante dos años asistió al prestigioso colegio Alliance Française de París, que junto al Cours de langue et civilisation françaises de la Sorbona, le proporcionaron un conocimiento exhaustivo del idioma francés. Por esta época comenzó a interesarse en un escritor de pulps y de relatos de corte terrorífico poco conocido: Lovecraft, cuya obra se popularizaría años más tarde. En la capital francesa Katrina tuvo oportunidad de experimentar la soledad, y así asistió a varios encuentros de asociaciones ocultistas que la defraudaron. Desencantada de los círculos ocultistas decidió buscar el conocimiento por sí misma, y frecuentó bibliotecas (especialmente la Bibliothèque Nationale de París) y anticuarios buscando tomos extraños y raros. No encontró mucho entonces, pero la sola búsqueda valía la pena.
Más tarde la familia se trasladó a Chicago debido al trabajo como diplomático del padre en la embajada americana. Katrina ingresó en la Universidad de Illinois de Chicago y desde entonces vivió en el campus. Trabajó como auxiliar en la biblioteca de la universidad -pasaba allí casi todo el tiempo de estudio cuando no tenía clases- y como traductora de francés, pues no quería depender económicamente de sus padres. Colaboró en la redacción de los Cuadernos de Humanidades que el Departamento de Antropología junto con otros de dicha universidad publica trimestralmente. Se ganó a pulso su fama de solitaria, reservada, extraña y temeraria, amén de ser una de las primeras estudiantes de la facultad lo cual no le ayudó en absoluto en sus relaciones sociales, aunque ella no rehuía a nadie: simplemente la gente no se le acercaba. Sin embargo, sí hizo un pequeño círculo de amigos que tenían gustos afines: la alquimia, los textos del Círculo de Lovecraft, la composición de pociones, el ocultismo, el hermetismo. Tras cinco años de estudio, se licenció en Antropología e Historia con un expediente impecable. Había recibido varias ofertas de trabajo de museos y organizaciones e incluso de docencia en la universidad, pero no se decantó por ninguna de ellas porque antes quería doctorarse.
Aunque Katrina no lo sabía, un distinguido caballero había estado observándola atentamente durante muchos de los días que transcurrieron desde su llegada a la universidad: Karstein Schlider, vástago del clan Tremere. Y de este modo una tarde de septiembre de 1997, mientras consultaba unos libros en la biblioteca de la universidad para ultimar su tesis, Karstein se presentó ante Katrina para ofrecerle la vida eterna. Ella, pese a estar terriblemente asustada, comprendió que un nuevo horizonte se abría a sus pies y que no podía rechazarlo. Esa misma noche un amigo personal de Karstein, Zirch Wierboski, la abrazó y así Katrina a los 25 años se convirtió en Tremere por decisión propia y Karstein en su mentor. A pesar de sus conocimientos previos, Katrina ha recorrido un largo camino de aprendizaje en disciplinas y técnicas en la soledad de su biblioteca, ahora convertida en su refugio. No comparte muchas de las ideas qur tienen los Tremere en general y su exceso de confianza a veces le ha traido problemas. Su única meta es aprender y obtener nuevos conocimientos, y de esta forma poder ayudar al clan. Pero no es ambiciosa, ni tiene grandes deseos de ascender en la pirámide, y esto no está bien visto en el clan, y para algunos es incomprensible. Katrina piensa que el clan Tremere es demasiado jerárquico y cerrado y eso terminará por aislarlo del resto de los clanes, y lucha para que esto no sea así: tiene entre sus mejores amigos a representantes de otros clanes de la Camarilla que no son muy bien vistos por su clan. Está constantemente dividida entre sus amigos (a los que quiere), el clan (al que se debe) y su mentor (al que ama, respeta y admira).
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